Contaba la recientemente fallecida pintora François Gilot, pareja de Picasso, que para el malagueño nadie significaba tanto como Matisse. Desde que Picasso viera algunos de los mejores cuadros del artista francés en las paredes de la casa de la escritora y coleccionista Gertrude Stein, supo que en Matisse tenía al gran rival con quien debía batirse.